No obstante, temas como permisos de gobiernos, falta de apoyo, aceptación del mercado y altos costos de las tecnologías necesarias para modificar las producciones son algunos de los desafíos que han tenido que enfrentar estas firmas cementeras para llegar a su meta “verde”.
Por ejemplo, Cemex se ha comprometido a reducir sus emisiones de dióxido de carbono en 40% para el año 2030, con la producción de concreto más amigable con el ambiente y el uso de energías renovables para sus plantas, así como tecnología de captura de carbono y combustibles alternativos en los hornos.
En este contexto, una de las soluciones que Cemex comenzó a comercializar es Vertua, una línea de concreto elaborada con productos con menos emisiones, aunque cuesta hasta un 50% más y es que el crecimiento del sector también depende de la demanda de los países en desarrollo, en donde los constructores no pueden permitirse materiales más costosos.
Otro de los obstáculos que resalta Cemex es la escasa disponibilidad de la tecnología para elaborarlos. Respecto a los componentes utilizados, algunos gobiernos no permiten muchos ingredientes alternativos. En México, los impedimentos se encuentran en la regulación de los residuos y el sector energético, pues aquí se separa el vidrio y el plástico para reciclaje, pero el resto de la basura se va de relleno cuando eso podría valorizarse, como combustible o materia prima alternativa.
Holcim, por su parte, enfrenta retos relacionados con el alto costo de la energía porque eleva el precio del material al consumidor final, por lo que buscará invertir más en plantas de energía solar y parques eólicos. Con todo, la firma se ha mantenido con resultados positivos por su participación en las grandes obras de infraestructura (Tren Maya, Aeropuerto de Santa Lucía y la Refinería Dos Bocas); además, construyó su primera planta de molienda en Yucatán y avanzó en la expansión de su línea de ferreterías Disensa. Sin embargo, aún no logra vencer los elevados costos para transportar sus productos a Mérida.
Holcim ha buscado hacer más materiales amigables con el medio ambiente, por lo que a nivel global —tiene presencia en 70 países—, destina 100 millones de pesos en innovaciones en la materia, pero la incertidumbre del sector energético se ha interpuesto.