Este 2022 no será un año libre de retos, aunque también traerá oportunidades para mantener la ruta del crecimiento y recuperar los niveles precrisis.
Retos
Interrupción en la cadena de suministros
La escasez de contenedores, el prolongado tiempo de espera para la carga y descarga de mercancías en los principales puertos del mundo, y su problemático traslado terrestre a los centros de consumo, entre otros, son temas que han estado y seguirán sobre la mesa por varios meses más, si no es que durante todo el 2022, y mantendrán presionados los costos del transporte y el precio de materias primas y mercancías finales.
De hecho, lo prolongado de la crisis logística ha impulsado a firmas como The Home Depot y Amazon, entre otras, a fabricar sus propios contenedores o a contratar transporte privado para trasladar sus mercancías y llevarlas a puertos de desembarque menos saturados, y así agilizar su recepción en los puntos de venta.
A nivel interno, de acuerdo con “Eficiencia en la Cadena de Suministro 2021, estudio comparativo de prácticas y tendencias en México” presentado por Deloitte, las cadenas de suministro en el mercado mexicano se seguirán viendo afectadas por la alta volatilidad de la demanda ligada al impacto ocasionado por la pandemia, el nivel de infraestructura de las distintas vías de transporte (puertos y carreteras), la inseguridad, y el probable surgimiento de nuevas cepas del coronavirus, entre otros factores.
Inflación elevada
Hoy por hoy este es quizá el tema que más resquemor está causando en el mundo: “La inflación continúa aumentando, presionada principalmente por los cuellos de botella en la producción, por los estímulos al gasto y la recomposición de este hacia mercancías, así como por el incremento en los precios de las materias primas”. Banco de México.
En 2021, la inflación cerró en 7.36%, un nivel que no se veían en México desde hace algunos años, y en los Estado Unidos superó el 6%, su tasa más alta en décadas. Así, lo que durante el primer semestre del año pasado se veía como un incremento transitorio de los precios, derivado de los desequilibrios de oferta y demanda relacionados con la pandemia y la reapertura de la economía, ahora iniciamos el 2022 con la expectativa de que las presiones inflacionarias se mantendrán elevadas al menos en el primer semestre para ir bajando paulatinamente y cerrar el año en torno al 4% en nuestro país, así lo están previendo los analistas.
El problema es que les está costando a las autoridades monetarias del mundo frenar la inflación sin afectar la recuperación de la economía y el consumo vía incrementos en la tasa de interés, ya que esta medida encarece el financiamiento a las empresas y el crédito al consumo de las personas.
Las presiones provienen de la crisis de las cadenas globales de suministro, la puesta en marcha del plan de infraestructura en Estados Unidos y el incremento de precios de los energéticos y materias primas (acero, cobre), situación que está impactando especialmente el costo de los insumos de la construcción; por ejemplo, el acero, el cemento, la varilla, el alambre, y el concreto, entre otros. A septiembre, la inflación del sector de la construcción creció 16% anual.
En resumen, en el 2022 se identifican como riesgos al alza para la inflación: 1) las presiones inflacionarias externas; 2) las presiones de costos; por ejemplo, es probable que China detenga la producción de grandes hornos de laminadoras y de acereras y se encarezcan aún más los metales; 3) la persistencia de la inflación subyacente (el incremento de los precios de bienes y servicios que no están sujetos a decisiones de carácter administrativo, estacionalidad o alta volatilidad); 4) la depreciación cambiaria. El incremento de las tasas de interés en Estados Unidos podría fortalecer al dólar en detrimento del peso, aunque los analistas ubican al tipo de cambio en niveles promedio de 21 pesos por dólar en 2022; y 5) aumentos en los precios de agropecuarios y energéticos.
Oportunidades
Recuperación de la industria de la construcción
La desaceleración de la industria de la construcción (su contribución al PIB se entre un 6% y 7%) comenzó a gestarse en 2016 pero la pandemia del COVID-19 la llevó a registrar una contracción anual del 17.4% en 2020. En 2021, los analistas del sector prevén un crecimiento del orden del 6.9% aunque para este 2022 estiman un avance de apenas un 0.2 por ciento. Cabe destacar que desde agosto de 2021 comenzó a registrar un proceso de desaceleración, con todo, este año será moderadamente positivo para la industria y, por ende, para el sector ferretero.
La construcción de edificios industriales, comerciales y de servicios han sido los segmentos de mercado más dinámicos gracias al espectacular crecimiento del comercio electrónico y la recuperación de la industria manufactura. A lo anterior se suma la demanda de particulares de productos destinados al mantenimiento y remodelación de sus viviendas para el desempeño de su trabajo a distancia, misma que continúa vigente.
Entre los factores que podrían seguir afectando su desempeño este año se ubican: la amenaza de la pandemia en las cadenas de logística y suministro de materiales para la construcción interrumpidos desde ya casi dos años de forma intermitente; la inflación de los insumos, pues el escenario actual prevé mucho estrés en el alza de materias primas que demanda esta industria por la falta de componentes nacionales en la industria de materiales complica el escenario.
“La inflación en la construcción anda del orden del 16 y fracción, casi 17 por ciento, arrastrada fundamentalmente por los incrementos en los metales, fundamentalmente el acero y lo que esperamos desafortunadamente para el próximo año es que tengamos otra alza del acero”. Francisco Solares Alemán, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
Para el organismo que agrupa a empresas constructoras la reactivación de la construcción, la demanda de inquilinos logísticos y la recuperación de los proyectos potenciales en el área de manufactura de exportación, debido a la entrada en vigor del T-MEC, continuarán siendo factores relevantes y motores de la demanda neta.
Siendo el sector de la construcción uno de los clientes de mayor relevancia para el comercio ferretero es de esperarse que mantenga un desempeño positivo este año e incluso podría mejorar respecto al 2021.
Digitalización
La adopción de la tecnología en los procesos de comercialización y gestión de las unidades de comercio minorista, sin importar su tamaño, se presenta como una gran oportunidad de bajar costos operativos, optimizar inventarios, abrir nuevos mercados, incrementar ventas y ganancias, así como mejorar el servicio y la experiencia de compra de sus clientes.
Cabe anotar que la aportación de la industria de la construcción al Producto Interno Bruto (PIB) total es de alrededor del 6%; en tanto que la del comercio minorista, en el que se ubica el sector ferretero, es de aproximadamente 9% y que en 2022 podría incrementarse a 9.5 por ciento.